Por qué debió quedar todo definido fue sencillamente a que el cuadro cementero supo jugar con más orden cooperativo que los michoacanos, quienes al no poder tener el control de la pelota se desesperaron y terminaron perdiendo todas las posiciones en el terreno de juego y todo fue muy individual.Fueron importantes en la primera parte, en la que mandó el Cruz Azul -mucho más allá del grosero error de Federico Vilar-, jugadores de las capacidades de Gerardo Torrado, Gonzalo Pineda, "Chaco" Giménez, Javier Aquino, Adrián Cortés, que supieron encontrar las diferentes zonas del terreno de juego en donde los volantes rivales, como Gastélum, Pérez y Leao, sólo veían cómo pasaba la pelota de un lado a otro, porque los que debían ayudar, como Rojas, Márquez Lugo y Hernández, no bajaban a esa zona media en donde la circulación del balón siempre favorecía a los azules.
Y cuando por algún momento del juego, recuperaban la pelota los michoacanos, en la última zona los cruzazulinos tuvieron a tres hombres que cumplieron en todos los sentidos, como fueron Ponce, "Cata" Domínguez y Pinto, quienes aunque por momentos se equivocaron por no acomodarse de manera escalonada, tuvieron quien les salvara sus errores en la humanidad de Chuy Corona.
Los Cementeros se fueron con un claro y rotundo dos-cero al vestidor y que pudo ser más, porque Vilar le regaló la primera anotación y luego "Tito" Villa ya casi al final fusiló a Federico en un clarísimo error de los dos centrales visitantes.
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