El Real Salt Lake estadounidense se convirtió en finalista de la Liga de Campeones de la CONCACAF con un marcador global de 3-2, pese a caer en su visita al Saprissa por 2-1, en el compromiso de vuelta de la Semifinal.
Un gol del defensa central Jamison Olave al 60 fue vital para que los estadounidenses obtuvieran su pase a la Final del Torneo regional en el Estadio Ricardo Saprissa, sobre un conjunto tico que marcó al 46' mediante un golazo de Luis Diego Cordero y al 86' con un pénalti de Alonso Solís.
El Real Salt Lake, que había triunfado en la ida ante el Saprissa por 2-0, espera ahora en la Final al ganador de la serie entre el Monterrey y el Cruz Azul, que definirán este miércoles al segundo finalista del Torneo regional. Invariablemente, el juego de ida será en México el 19 de abril, ya sea en el Tec o en el estadio Azul, y la vuelta será el día 26 en la cancha del cuadro estadunidense.
El duelo ofreció mucha disputa y poco nivel futbolístico, en parte por la tensión de saber que se jugaba el éxito en el torneo. El primer tiempo fue dominado por un Saprissa que estaba obligado a buscar un gol rápido para descontar la ventaja de 2-0 obtenida por el Real Salt Lake en el partido de ida.
Saprissa, con poca claridad en el medio campo, chocó una y otra vez con la sólida defensa del conjunto norteamericano, que apostó al contragolpe por la habilidad de los argentinos Javier Morales y Fabián Espíndola, y la potencia del centrodelantero costarricense Álvaro Saborío.
Pese al dominio del "Monstruo Morado" en su estadio, fue el equipo visitante el que disfrutó las mejores ocasiones de gol con un remate a bocajarro de Kyle Beckerman y un cabezazo de Saborío, ambos desviados en gran forma por el portero Bolívar.
Los locales sólo pudieron intentarlo con remates de Jairo Arrieta y Josué Martínez que pasaron cerca de la portería de Nick Rimando.
Saprissa desperdició todo el primer tiempo y en el segundo entró con la mentalidad de arrasar con su rival y apenas iniciando el periodo Luis Diego Cordero soltó un cañonazo desde fuera del área imposible para Rimando.
La afición se metió en el partido apoyando a su equipo, pero el Saprissa nunca encontró claridad para penetrar la defensa visitante que se plantó muy bien y no permitió jugadas de peligro dentro del área.
Cuando Saprissa soñaba con empatar la serie apareció Olave para enviar al fondo de la portería de Bolívar un balón que quedó suelto en el área saprissista al 60'.
El gol estadounidense fue un balde de agua fría para el Saprissa por el valor "doble" que tiene el gol de visitante en el Torneo, lo que obligaba a los locales a ganar el compromiso por tres goles de diferencia para llegar a la Final.
Saprissa se desinfló y aunque siguió intentando anotar, fue hasta el 86' cuando Alonso Solís marcó el 2-1 de pénalti, un gol que solo sirvió para maquillar el resultado.
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